Uno de los principios básicos de la agencia, según un portavoz, es la "protección de la seguridad pública y el medio ambiente". Pero los críticos del regulador, como Virginia Palacios, cuestionan la eficacia de la agencia a la hora de hacer su trabajo. Palacios es la directora ejecutiva de Commission Shift, una organización sin ánimo de lucro dedicada a exigir responsabilidades a la comisión ferroviaria.
"Creo que ahora mismo no tenemos un sistema en el que podamos confiar", lamentó.
Según Palacios, el organismo regulador estatal del petróleo y el gas tiene graves problemas que van desde los conflictos de intereses entre altos funcionarios hasta la lentitud con que reacciona ante las infracciones de la industria. En algunos casos, la agencia ha tardado años en resolver situaciones relacionadas con la contaminación derivada de la producción de petróleo y gas.
"Veo que la gente pide ayuda a la Comisión de Ferrocarriles y no la recibe", dijo Palacios. "Los propietarios de tierras están sentados aquí, los miembros de la comunidad están sentados aquí como esperando justicia, experimentando impactos en la salud y no es justo".
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